Los 10 errores clásicos en el montañismo invernal

Los 10 errores clásicos en el montañismo invernal

El montañismo invernal o las actividades de media montaña en invierno a priori no parecen actividades en las que haya que tener una gran preparación, una gran técnica o unos conocimientos amplios sobre el medio o el material. ¿Habéis estado alguna vez en medio de una ventisca en zonas de media montaña? ¿Se os ha echado la niebla caminando fuera de senderos? ¿Habéis llegado al coche con la cara congelada y sin apenas poder hablar?… pues todas estas cosas pasan más a menudo de lo que pensamos en actividades de montañismo invernal, «gracias a dios…» quedando como anécdotas de café.

Nos encanta el invierno, las montañas nevadas y los días de sol en la nieve, pero para que esos días existan antes han caído rayos y centellas en las montañas. Estadísticamente si solo salimos los días de sol serán muy pocos los días de actividad que realizaremos en el invierno. Es por eso por lo que tenemos que estar preparados para salir aunque el mal tiempo se quede una semana consecutiva en nuestras montañas. Las actividades con lluvia, nieve, niebla o viento están aseguradas si queremos salir en nuestro día libre durante el invierno. Por supuesto esto no es una llamada a la desobediencia civil y a saltarnos a la ligera las alertas meteorológicas, no.

Enumeraremos diez errores que suceden año tras año y salida tras salida a muchos caminantes, montañeros, esquiadores o alpinistas. Seguro que podríamos rellenar hojas y hojas con otros muchos fallos y también es seguro que te reconocerás en algunos de estos ejemplos.

1. FALTA DE PREPARACIÓN, LOGÍSTICA Y VALORACIÓN DEL MEDIO

Las actividades hay que prepararlas en casa. La idea de coger la mochila y salir al monte es genial, pero en las actividades en invierno no es suficiente. Prepara la actividad a conciencia y ten en cuenta los horarios de inicio y de fin de actividad. Durante el invierno hay pocas horas de luz y cualquier percance o retraso nos puede hacer terminar la actividad de noche. Planifica tus horarios, inicio y fin de actividad tienen adecuarse al grupo, al entorno y condiciones de la actividad. No apures las horas porque te quedaras sin margen de error.

No subestimes la meteorología y consulta diferentes webs o canales meteorológicos para hacer una media fidedigna de las condiciones que te encontraras: Lluvia, viento, temperatura, nieve, etc. Consulta los modelos meteorológicos por horas y tendrás un dato más real para tu jornada. Ten siempre un plan «B» para tus actividades, ya sea cambiando de zona o en el mismo entorno posibilidades de acortar, reducir o escapar por algún lugar durante tu marcha.

Lleva siempre un mapa y brújula, si lo acompañas de un receptor GPS mejor. Si no sabes usarlo correctamente practica en días de buen tiempo o fórmate con profesionales. Los receptores GPS o mapas no nos van a sacar de ningún lugar sin un correcto uso. El móvil no puede faltar en nuestro material… si lo reservamos únicamente para hacer llamadas de emergencia y usamos una cámara de fotos para plasmar las mejores instantáneas del día, mejor. Otras opciones son llevar dos baterías o un cargador externo para el teléfono.

2. USAR MATERIAL NO ESPECÍFICO O DE BAJA CALIDAD

Os aseguro que los materiales low cost no son malos y también que los materiales carísimos tampoco son los mejores. Cada material ha de adaptarse a la actividad y a una intensidad de uso. Evidentemente para atajar los fenómenos meteorológicos del invierno necesitaremos de una vestimenta con unas capacidades optimas y con unas garantías mínimas y estas generalmente las encontraremos en material muy especifico o en marcas con una trayectoria en este tipo de productos.

Las terceras capas o prendas y material que este en contacto con el exterior; Mochila, calzado, chaqueta impermeable, pantalones de agua, guantes etc.; aquellas que me protegen del viento, lluvia o frío tendrán que ser de calidad, ahí no nos la podemos jugar o quedaremos expuestos al frio y al agua en pleno invierno, mala combinación. Por otro lado aquellas menos expuestas a las inclemencias del tiempo si pueden ser de menor calidad, forros polares, camisetas interiores, bragas o bufandas etc. Con una buena coraza estaremos blindados ante el mal tiempo.

Se ve mucho en la montaña; crampones relucientes, piolets de alta gama, mochilas súper caras, GPS de alta gama y chubasqueros de plástico que poco o nada me protegen del agua o evacua mi propio sudor. Prioricemos en nuestras carnes e invirtamos en nuestro confort.

3. NO HIDRATARSE DURANTE LOS DÍAS DE FRÍO

Aunque no seamos conscientes nuestro cuerpo va deshidratándose a marchas forzadas durante el invierno. Parece que no sudamos, pero nuestro cuerpo no para de transpirar. Parece que no tenemos ni pizca de sed, pero cuando llegamos al bar los refrescos o el caldo entran solos. Parece que no nos hace falta beber porque no tenemos sed, pero nuestro cerebro nos está engañando porque está más pendiente de mantener nuestro cuerpo caliente que de mandarnos la sensación de sed. En definitiva, parece que no queremos beber pero nos tenemos que obligar a beber como si de un día de primavera se tratase.

Sabemos que el agua fría no apetece en invierno, entendible, pero no solo el agua hidrata; caldos, infusiones, frutas etc. son fuentes de agua para nosotros. Mejor rendimiento muscular, mayor aporte calorífico al fluir correctamente la sangre por nuestras extremidades, mayor capacidad psicología, mejor cuidado de la piel etc. son solo algunos de los aspectos positivos que nos aporta el agua. No te engañes y cuida tu rendimiento durante tus actividades con una correcta hidratación.

Algunos consejos para ayudarte a beber en invierno: * Rellena la cantimplora con agua caliente, cuando la bebas estará templada. * Añade algún tipo de sales al agua, te será más apetecible beber algo dulce. * Utiliza el termo para transportar caldo o infusiones. La bebida caliente apetece mas en invierno. * Si usas bolsas de hidratación protege el tubo y la boquilla para que no se congelen.

4. NO LLEVAR FRONTAL EN LA MOCHILA

Podemos caminar con poca luz una o dos horas, podemos caminar con la luz de una linterna toda la noche, podemos hacer señales en la noche con la luz del frontal, podemos buscar el mejor sitio para resguardarnos hasta que se haga de día, podemos mirar el mapa y podremos desplazarnos correctamente con una linterna, pero no podremos hacer nada de nada sin luz.

Quizás sea una de las sensaciones mas agobiantes que se pueden tener en montaña, ver que cae la noche y que vas a quedar bloqueado inevitablemente porque no puedes desplazarte. Has leído bien, bloqueado. ¿Te imaginas cruzar un arroyo a oscuras, caminar por la nieve sin ninguna referencia o seguir un sendero poco marcado en plena montaña sin luz? Tarea casi imposible y que puede acabar con toda nuestra energía. Pasar la noche al raso a pocos metros de una cabaña o no encontrar el sendero que esta a diez metros de nosotros pueden ser problemas que se solucionen con una simple acción: Meter una linterna frontal SIEMPRE en la mochila.

Cualquier linterna nos será de gran ayuda, pero si además nos deja las manos libres mejor, por eso optaremos por las linternas frontales, aquellas que se colocan en la cabeza. Las encontraremos de más o menos potencia, con más o menos autonomía y con mayor o menor peso. Lleva siempre una con pilas de repuesto y la noche no será más que otra anécdota que contar.

Podremos comenzar nuestras jornadas al amanecer y como hemos comentado, en caso de emergencia apurar las horas de luz al atardecer.

5. USAR EL MÓVIL O EL GPS COMO HERRAMIENTA ÚNICA PARA ORIENTARSE

Pensar que el receptor GPS de montaña o el del móvil cuando lo usamos en montaña funciona como el de un coche lo he oído en más de una ocasión. No solo no es así, sino que a demás necesito de unas ciertas destrezas frente al ordenador para hacer que el gestor de mapas de mi PC y el receptor GPS lleguen a entenderse y pueda trabajar con rutas grabadas con anterioridad por mi u otros compañeros, también para descargarme las realizadas por mí. En el caso de los programas GPS del móvil nos pueden dar fallos como un posicionamiento erróneo o simplemente que se consuma la batería y ya no lo pueda usar ni para llamar. En definitiva, el GPS sin ser una herramienta demasiado compleja sí que necesita de un aprendizaje para poder exprimir al máximo todas las posibilidades que me ofrece. También hay que conocer las limitaciones.

Hacer una actividad desconocida únicamente con un GPS puede generarnos más de un susto. El uso de mapa y brújula ha de ser la base de nuestra orientación. No olvidemos que todos los aparatos electrónicos pueden fallar, quedarse sin pilas o caerse y romperse. Usa el GPS como complemento para tus mapas y afrontaras todas tus actividades con total garantía. El mapa no puede dejar de estar presente en nuestras actividades en montaña.

6. NO LLEVAR UN MATERIAL DE SEGURIDAD «MÍNIMO» EN LA MOCHILA

Son miles las situaciones en las que podemos necesitar un material de seguridad mínimo, y no entendamos por material de seguridad solo aquel material técnico de otras disciplinas, sino también un material básico para solventar incidentes o accidentes de poca índole pero que se pueden convertir en problemas graves si no se atajan con rapidez y soltura.

El botiquín siempre ha de acompañarnos, adaptado a la actividad pero con un mínimo y cuando hablamos de mínimos nos referimos a esas cosas que pueden salvarnos el pellejo. Si nos duele la cabeza y no llevamos paracetamol no creo que sea un problema grave… será una faena, seguro, pero no pasara mas allá de un mal rato. Pero si quedamos bloqueados esperando un rescate o asistencia y no llevamos una manta térmica podemos llegar a la hipotermia en sus diferentes grados. Con estos dos ejemplos queda marcada la diferencia entre lo que consideramos elementos mínimos de seguridad y los que no.

Algunos elementos que siempre han de ir en el fondo de tu mochila:

  • Manta térmica: Siempre ha de ir en el botiquín o en la mochila. No pesa y no ocupa. Nos protegerá del frío en caso de bloqueo.
  • Punto de calor: Una vela y un mechero. Junto con la manta térmica podemos entrar en calor en cuestión de minutos. Hay velas especificas para este uso que duran encendidas en torno a las 36 horas.
  • Geles o alimento energético de asimilación rápida: En el fondo de la mochila nos puede ayudar en situaciones de pájaras.
  • Material de reparación: Bridas, cinta americana o aguja e hilo: no ocupa y a penas pesa. Con ello podemos arreglar mochilas, calzado etc.
  • Guantes de repuesto: Si por casualidad se nos vuelan los guantes o se caen ladera abajo en un día de frio o ventisca pasaremos un mal rato si no tenemos posibilidad de usar el GPS, el mapa o el teléfono.
  • El móvil cargado. Es tu única vía de comunicación.

 

7. SUBESTIMACIÓN DE LA ACTIVIDAD

En la era de las tecnologías y las redes sociales la información sobre actividades buena y fidedigna corre tan rápido y se distribuye tan ferozmente como la mala y errónea, sin filtro alguno llegan a manos de quien no sabe filtrarla o interpretarla. Esta situación lleva a multitud de deportistas una y otra vez a embarcarse en actividades que superan al deportista y al grupo en todos los aspectos: Rutas demasiado largas para una sola jornada: Resulta que quien colgó la información lo hizo corriendo. Rutas demasiado expuestas o técnicas, la valoración de una misma trepada en montaña distará mucho de un deportista de base a la de un escalador experimentado. Ascensiones comprometidas en invierno por nieve y hielo en el recorrido, sucede en ocasiones si no sabemos si la información de un ascenso es en condiciones invernales o estivales. Horarios disparatados para una misma actividad etc.

Valorad las actividades y aprended a programar vuestras salidas de forma personal, atendiendo a la meteorología, a las horas de luz, al grupo con el que vamos, al material que tenemos y a nuestras condiciones físicas y técnicas. Apoyarse en información ajena no está mal, nos aporta datos interesantes, pero valoradla, interpretarla y adaptarla a vuestras necesidades.

8. LLEVAR MATERIAL POR FUERA DE LA MOCHILA O MOCHILAS DEMASIADO PEQUEÑAS

Es muy habitual ver mochilas muy pequeñas en montaña con todos los enseres colgando de esta: Chaquetas que no entran en la mochila, botellas de agua colgando con mosquetones, guantes colgando del cinturón ventral de la mochila etc, etc.

Durante nuestras actividades en montaña y más aun durante el invierno todo lo que no vaya dentro de la mochila es susceptible de perderse, mojarse o congelarse. Las botellas de agua se helarán, las chaquetas se llenaran de escarcha y nos la pondremos mojada y los guantes se llenaran de nieve y los tendremos empapados toda la jornada.

Utiliza mochilas de un tamaño acorde a la actividad que vayas a realizar y piensa siempre que puedes necesitar meter tu chaqueta, la comida, el agua, los guantes y demás ropa, las mochilas de 25-35 litros suelen ser las mejores para actividades de un día. Aunque estemos en invierno en ocasiones nos sobra ropa y la mejor opción es meterla en la mochila, nunca colgarla de esta.

9. LLEVAR EXCESIVO PESO EN LA MOCHILA

Por norma general los «…por si acaso» y los «… más vale que sobre» no hacen más que ocupar sitio y generalmente incrementar muchísimo el peso de nuestras mochilas. Por lo tanto comprometen directamente la calidad de nuestra actividad e influyen en la seguridad.

No dupliques cosas innecesarias como chaquetas de fibra y plumíferos, intenta llevar lo mas polivalente para tu actividad. No transportes pesadas comidas en cantidades abundantes. Si consigues no traer nada de comida de regreso a casa habrás encontrado el equilibrio entre lo que realmente te hace falta comer y lo que nuestra gula nos obliga a transportar. Intenta llevar comidas que apenas generen residuo o a transportarlas en envases ligeros, transportar cosas en envases de cristal, por ejemplo, nos obliga a llevar y traer un peso extra que simplemente hace de contenedor y siempre ocupa volumen. Envuelve la comida en papel o bolsas de plástico de alimentos.

No transportes cosas innecesarias y pesadas, ¿realmente las usas?

10. NO SUBESTIMES LA NIEVE Y SUS EFECTOS

Si hay un elemento característico del invierno es la nieve. Esta aparte de ser un elemento que nos provoca alegría y satisfacción cuando salimos a la montaña también puede convertirse en nuestro peor enemigo.

No olvidemos que la nieve puede transformarse en pocas horas y pasar de ser un elemento por el que piso y me muevo con total seguridad a convertirse en una autentica placa de hielo done a penas me puedo mover. Se previsor y lleva siempre material de invierno si te vas a mover por nieve: Crampones, raquetas de nieve, bastones o piolet.

Otro de los efectos aniquiladores de la nieve son las grandes acumulaciones de esta. Ya sabemos que toda acumulación de nieve es susceptible de moverse o desplazarse y por lo tanto de dejarnos sepultados o arrastrarnos con ella. Sí, estamos hablando de los aludes. Parece que hablar de aludes es hacer mención a las grandes gestas del alpinismo o desplazarnos a las cordilleras más altas del planeta, pero no hace falta irse tan lejos para ver restos de aludes, de mediana o pequeña escala, más que suficientes para dejar sepultado a una persona o niño. Lee con detenimiento los partes nivológicos y los riesgos de aludes, usa bibliografía especifica de actividades de invierno y consulta los partes meteorológicos y la información que nos ofrecen en refugios, compañías de guías etc.

Pregunta, valora y decide, una retirada a tiempo es una victoria.

Fuente: Revista Oxígeno

Por Luis TORIJA, Guía de Montaña UIMLA

 



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